martes, 12 de marzo de 2013

Sociedad, hipocresía y demás zandeces.

¿Por qué es tan difícil pretender que no existo? Quiero decir, no me levanto todos los días con la firme proposicion de llevarme bien con las personas, saludarlos y hablar con ellos; estoy segura que ellos tampoco se despiertan con el firme proposito de pasarlo bien conmigo, ¿para qué forzarlo entonces? No es que nos sintamos precisamente bien estando juntos, tampoco que nos vayamos a preocupar demasiado por lo que le suceda al otro, todo sería más fácil si no existiera la obligación de que estemos juntos, para que se vea bien.
Sería agradable poder estar sin gente alrededor y que aquello no significara nada malo, eso sería simplemente mejor que el hecho de aparentar estar acompañado y realmente sentirse solo. ¿Por qué existe la mala costumbre de preguntarle a alguien como está si realmente no interesa? Sería hermoso que ese tipo de cordialidades no existieran, que cuando a uno le pregunten algo sea porque de verdad quieren saberlo.
Tal vez las relaciones humanas serían mejores, las mentiras desaparecerían y las personas fueran un poco mas reales.