jueves, 20 de junio de 2013

Mientras el agua corre

Y ahora dejo el agua correr sobre mi piel. Está hirviendo, arde, pero eso me gusta. No estoy mal, no estoy triste, solo... No siento nada.
Se que él podría estar sentando tras de mí, viendome con los agujeros negros que tiene por ojos a través de sus mechones naranjas, pero no me quiero dar la vuelta porque se que puedo estar engañandome una vez más, que puede ser que aunque sienta su aliento en este momento y su presencia me abrume, todo sea mentira.
Solo desearía que esto nunca se acabara, que el agua jamás dejara de corretear sobre mi espalda, cerrar mis ojos y escuchar las gotas caer en el suelo sin cesar, hasta el fin. Al menos eso quisiera en este momento.
Mi piel no pudo soportar el agua ardiendo, una de las cosas que más me abruma es tener que ceñirme a las circunstancias y sobre todo al cuerpo que me fue otorgado al venir a Vinald. Que lindo sería recuperar mi insensibilidad al dolor junto a todas esas hermosas características a las que me había acostumbrado, pero se que dentro de mucho tiempo Aldastaph estará fuera de mi alcance y no puedo hacer nada al respecto, ya lo intenté y solo funcionó por unos segundos. Pude vislumbrar un mínimo fragmento de mi anterior habitación, así como lo acabo dde hacer con estos murciélagos volando sobre mi cabeza.
Al menos ahora no estoy sola y se que nunca mas lo estaré. Ahora que sé que no soy la única que quiere volver, porque así como yo tengo a Annie, como ella me pertenece, como somos una; encontré por fin el cuerpo que aprosionaba a Waiss.

Eso es lo único que me reconforta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario