sábado, 20 de abril de 2013

Noches frías

  Cada noche es más fría y dura que la anterior, cada vez más me encuentro con retazos de sentimientos y recuerdos que había decidido olvidar desde hacía tiempo ya, pero aún peor, cada noche me asaltan nuevas ideas, un sinfín de acertijos y misterios llenan mi mente sin dejarme en paz, mensajes incompletos y extraños presentimientos que nunca se con exactitud de dónde han salido. Pero realmente no importa mucho de donde vengan, lo que en verdad me afecta es que aniden en mi cabeza de ese modo, sin permitirme desviar mis pensamientos ni siquiera un segundo, sin dejarme descansar ni mucho menos facilitarme el proceso de comprensión de todas esas cosas.
  Un claro ejemplo es, sin duda, un extraño ente que desde hace poco más de una semana me acosa en cada sueño que tengo. Él no habla, sólo permanece allí, viéndome y sonriendo, su sonrisa esconde un secreto en conjunto con su mirada, pero nunca puedo acercarme, siempre se marcha. Su rostro siempre cambia, nunca pretende ser la misma persona, pero para mí es fácil reconocerlo gracias a la sensación tan peculiar que me produce su presencia. Un par de veces se ha hecho pasar por alguien común y corriente, he entablado conversaciones con las personas que pretende ser, pero nunca he logrado hablar con él. Existe un detalle importante que me hace aún más fácil identificarlo, y es que siempre es rubio, supongo que es como una clase de símbolo personal. Y siempre está allí, queriendo decirme algo pero sin hacerlo, enloqueciéndome con su sonrisa, mirándome de esa manera, intentando demostrarme que tiene un secreto que yo debería saber pero no lo sé.
  También están las demás cosas, los sueños con un significado oculto más profundo de lo usual, que a menudo logro recordar sólo a medias, sólo las partes menos importantes. A los sueños se le suma el insomnio, que ya raya en el temor a quedarme dormida porque sé que tendré que enfrentarme otra vez a todo este trajín que cada noche he tenido que soportar. Al insomnio se le unen los malos presentimientos y la preocupación, ese "sexto sentido" que me dice que algo anda mal pero, al igual que el rubio, nunca me dice realmente qué ocurre. Y hay más cosas, por supuesto, cosas que hacen que mi cabeza duela y mi estómago se revuelva, cosas que muy poco a poco terminarán haciendo que no lo soporte más; algo me dice que esto ocurrirá más temprano que tarde.

  Por si fuera poco, existe un asunto muy importante que he pasado por alto en el texto anterior, algo que he ignorado a propósito porque no me agrada recordarlo, pero que aún así me voy a obligar a describir. Y ese algo es un sentimiento de vacío terrible, es mas bien el hecho de no sentir nada y a la vez querer sentir algo; nunca pensé que me compararía a mi misma con algo tan simple como una piedra, pero creo que esa es la manera en la que mejor puedo explicar lo que está sucediendo en mi interior...

Sólo quiero que termine.


No hay comentarios:

Publicar un comentario